martes, 25 de mayo de 2010

Creo que es necesario citar a Adam Smith, bueno no, a Jorge:

A jorge y a mí nos importa un twitteo la evaluación.
El sonambulista acabó totalmente decepcionado. Oh mon Dieu! Qu’est-ce que tu a dit? Repito, totalmente decepcionado. Mi nota… hace tanto tiempo que no veo a Mafalda y esos psicoanalistas argentinos nunca fallan. Mis compañeros, o podríamos decir nuestros compañeros, numerarlos de mayor a menor relevancia. Al este del oeste, más positivo o menos participación. Sinceramente estoy perdido. ¿Qué quieres escuchar? Que Sandra tiene un diez y llega a donde otros no llegan, y no sé por qué pero me lo imagino. Antonio no sé lo que tiene pero me paso por debajo de la falda el paquete office. Melibea saltando de un pozo al vacío. Luís me enseñó a mirarlo todo mucho más pausado y Luís me enseñó a mirarlo con carcajadas. Jacobo, esa vieja barbuda, hechicera y alcoholada. Raimundo citando a Adam Smith nos diría que lo importante es el amor, el amor a la literatura, a la lengua, a nosotros mismos y a nuestros alumnos. Nuria, a veces, tiene una voz ronca de un fin de semana revuelto que casi no puede trabajar y Verónica tiene paciencia para aburrir. Josema o Juanma, reverso o anverso, siempre los confundo. Esto debería ser una lista larga en la que incluiríamos hasta Anabel, imagínate si debe ser larga. Pero no tengo muchas ganas de enumerar o numerar lo que me ha enseñado cada uno de mis compañeros, su relevancia ha sido vital, yo no hubiera hecho nada sin ellos y por lo tanto mi quedo con todos, con los que se salvan y los que no, los que ya tienen reservado un rincón tranquilo (tan tranquilo como un despacho en la universidad) y los que no se quedan inmóviles llenos de inquietud. Creo que ya lo he dicho, será un déjàvu, pero si algo he aprendido ha sido gracias a mis compañeros, y no puedo excluir a nadie, porque si alguien no ha tenido relevancia ha sido porque yo no me he detenido a escucharle (entonces el suspenso es para mí).
Mi nota, es decir, Mi nota total (ahora recuerdo la primera redacción: “buen juego filosófico-literario pero dando vueltas a pocos conceptos” ¿Lo recuerdas?), creo que mi nota final me da igual. Lo importante será si he aprendido algo útil, práctico, para ser mejor profesor de secundaria en Lengua castellana y su literatura. Y si lo importante fuera lo aprendido, entonces estoy seguro que si hiciéramos una gráfica Pedro habrá aprendido mucho más que Sandra y por lo tanto él merece el diez, aunque Sandra siga llegando más lejos y conservando su nota. Pero más que la nota, que es muy útil para justificar suspensos y matrículas, lo que ahora (y siempre) me interesaría sería un juicio crítico sobre el trabajo realizado (¿Aprenderé o mejoraré cuando entre en mi expediente del Campus Virtual y vea allí una nota con sus decimales?). ¿Yo tengo que evaluar pero tú no lo vas a hacer? Tú simplemente nos engañarás con tu tabla de Excel. Corregir es mejorar, evaluar es mejorar, calificar no sé en este contexto para que sirve.
Un último apunte (importante). “Coeducación comunicativa de Sanchos y Quijotes”. Ese es el título ganador de la última actividad, que muy a mi pesar ha quedado desierto, el problema es que di la opción de si quieres y nadie ha participado, nadie contribuyó a mejorarlo. Yo hice un trabajo y nadie lo evaluó (ni tan siquiera tú) y ahora me importa un pepino si la califican, me da igual que me den un diez porque eso no va a hacer que yo aprenda ni que mejore como profesor. Me pides que evalúe a mis compañeros, a mi grupo, al profesor, a mí mismo pero tú no lo haces. Es estupendo porque tú vas a aprender, corregir errores que has cometido. ¿Pero… y yo, y nosotros? A mí también me gustaría que hicieras esta actividad, pero sin números, razonadamente. Te doy a elegir, ¿Qué prefieres ser Sancho o Quijote?
¿Por qué nadie me enseñaría a morderme la lengua?
Pd. Boicotear: impedir o entorpecer la relación de un acto o de un proceso como medio de presión para conseguir algo (DRAE, 2001). El boicot empezó con la falta de comunicación (ya sabes que debemos coeducarnos en comunicación), empezó cuando dejamos de evaluar los trabajos de los demás y comenzamos a calificarlos sin más. ¡Parece que no hayamos aprendido nada desde noviembre!

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