lunes, 15 de marzo de 2010

Descripción de Vanessa

Mi vida estaba resultando muy monótona y aburrida, siempre era lo mismo: de casa al trabajo y del trabajo a casa. Por eso un día decidí coger la maleta y marcharme a algún lugar con los que siempre había soñado. Sin saber cómo, me vi subida en un avión rumbo a Tijuana, Méjico.
Cuando llegué al hotel, subí a la habitación, deshice las maletas, me pegué una ducha y me preparé para salir. Paseando por la bulliciosa y colorida ciudad, me detuve a comer algo en un pequeño restaurante donde te recibían en la entrada unos mariachis cantándote su mejor repertorio de rancheras. Mientras estaba esperando en la barra a que me preparasen la mesa, se me acercó una chica morena, con el pelo rizado, ojos marrones y una gran sonrisa que dejaba entrever sus braquets. Me dijo que si el taburete de al lado estaba ocupado y si se podría sentar. le dije que sí. Se sentó a mi lado, y mientras que esperábamos, entablamos una conversación. Tras las respectivas presentaciones, empezamos a hablar cada una de nuestras cosas. Me sorprendió gratamente el encontrarme a una persona de Alicante en un lugar tan lejano. Vanessa, que ese es su nombre, me dijo que estaba en Tijuana por cuestiones de trabajo. Había dejado a sus dos hijos con su madre en Villajoyosa, y me comentó que ser madre soltera resulta en muchas ocasiones agotador, aunque no cambiaría por nada del mundo su trabajo, ya que le permite realizar una de las cosas que más le gusta: viajar y enfrentarse cada día a un nuevo reto.
Cuando me avisaron de que mi mesa ya estaba lista, invité a Vanessa a que me acompañase y siguiesemos con la conversación. Pedimos unos tequilas mientras nos traían la comida. Me comentó que en el poco tiempo libre que tiene le gusta practicar deporte, sobre todo el baloncesto, leer(siempre antes de dormir tiene que leer),escribir,(me dijo que hasta escribe sus propias poesías) y que le apasiona dibujar.
Es una apasionada de la música y prefiere escuchar antes la radio que ver la televisión, pero siempre está dispuesta a ir al cine a ver una buena película. En poco tiempo pude comprobar que es una chica luchadora, fuerte, madura, que no le gustan nada las injusticias, auque eso si, bastante despistada, porque estuvo todo el rato en la comida diciendo que no sabía donde tenía su telefono móvil y al final cuando nos marchábamos, metió la mano en la chaqueta y lo encontró.
Como había pasado una buena tarde con ella, decidimos ir a descansar al hotel y seguir la fiesta por la noche. Si Tijuana por el día era una ciudad con mucho movimiento y color, por la noche lo era aún más. Acudimos a todos los bares de la zona a mover el esqueleto y a beber tequila y margaritas...¡me costaba seguir su ritmo! y mira que a mi me gusta bailar eh? Tuvimos que retirarnos pronto, ya que ella al día siguiente tenía que coger una avión de regreso a España. A mi, me quedaba todavía un día más de estancia. Me pareció una chica muy simpatica y quedamos en que cuando estuviesemos las dos en Alicante quedaríamos para intercambiarnos las fotos.
Desde ese viaje nos hemos convertido en amigas. Nunca me arrepentiré de haberme guiado por el impulso repentino de coger un avión y dejar que me llevase a donde fuera, ya que, a lo mejor, nunca hubiese tenido la oportunidad de conocer a Vanessa. Sabía que nada malo saldría de esa nueva experiencia...

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